Un Impuesto sobre las Transacciones Financieras corto, pero bienvenido como primer paso

Tras su aprobación en el Senado el 7 de octubre, la popularmente conocida como Tasa Tobin es ya una Ley sobre el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) que entrará en vigor en España, tres meses después de su publicación en el BOE, junto a la también aprobada Ley sobre el Impuesto a Determinados Servicios Digitales (IDSD).
Saludamos la aplicación en nuestro país de ambos impuestos, que la Plataforma por la Justicia Fiscal lleva defendiendo desde hace años.
Nuestra propuesta sería más ambiciosa. Así, el impuesto aprobado no contempla como hecho imponible las transacciones de divisas -que mueven diariamente 6,6 billones de dólares en el mundo y que según el Banco de España han crecido un 25% entre 2016 y 2019 en nuestro país-, ni determinados mecanismos de ese gigantesco mercado descontrolado que es el de los contratos derivados. Tampoco se gravan las operaciones de alta frecuencia (HFT), cuando ya la mayoría de las transacciones financieras bursátiles se realizan a través de sistemas electrónicos automatizados conectados en red, que provocan una elevada volatilidad de los mercados financieros y favorecen la aparición repentina de cracks y crisis bursátiles.
Pese a estas insuficiencias, reiteramos nuestra satisfacción y esperamos, eso sí, que haya oportunidades de mejora. Especialmente, si se acaba introduciendo un ITF europeo más cercano a nuestra perspectiva y España realiza las modificaciones necesarias para adaptarse.