PERSONAS SIN HOGAR Y CORONAVIRUS

Ante la situación de estado de emergencia en la que estamos inmersos la Estrategia Nacional Integral para Personas sin hogar 2015-2020 continúa sin presupuesto y a la espera de la evaluación intermedia, teniendo, desafortunadamente, efecto nulo, tanto en prevención, sensibilización, seguridad, restauración del proyecto de vida y mejora de la información. Estos puntos, que debían ser corregidos por dicha estrategia continúan sin cubrir siendo el acceso a una vivienda un artículo de lujo en muchas ciudades en lugar de un derecho humano, los alquileres aún suponen más de un tercio del salario en muchos casos siendo insostenible para una persona sola, y los Ayuntamientos continúan vendiendo sus viviendas sociales a fondos buitres sin existir una verdadera prevención de las situaciones de exclusión social, por lo que las cifras de personas en situación de exclusión siguen aumentando.
Mientras muchas personas estamos agobiados con tener que estar 15 días en casa, existen entre 30.000 y 40.000 personas en toda España que lamentablemente no tienen esa casa dónde recluirse. Mientras muchas personas nos preocupamos por el teletrabajo y la posibilidad de llevarlo a cabo, otras, las personas sin casa, van a tener que seguir trabajando en la calle con sueldos ruinosos y sin cotizaciones sociales, con escasos medios.
Las personas sin hogar no están ahí por gusto y muchas desearían tener otra vida. Antes de esta pandemia global del COVI-19 la situación era mala, pero ahora puede ser peor, los albergues están masificados y las personas deben compartir en muchos casos salas con decenas de literas sin las suficientes medidas prevención de contagio mínimas, las normas son estrictas, no se puede acceder con pareja, ni con animales de compañía, y se mezclan personas sanas con personas enfermas. Los albergues normalmente están alejados de las zonas dónde suelen estar las personas sin casa, mientras que los comedores y centros de día están en los centros urbanos, con lo que esto supone un añadido a la dificultad de movimiento en situaciones normales y un empeoramiento de la situación en el actual Estado de Alarma.
El Estado de Alarma pone en nuestra cara las vergüenzas de este mundo, en el que se olvidan a las personas sin casa, y que ponen de manifiesto la sociedad tan desigual en la que vivimos sin políticas sociales reales y efectivas que permitan corregir las desigualdades patentes, empezando por la educación y la sanidad.
Ante esta crisis, se van a cerrar comedores sociales que pasarán a repartir la comida empaquetada, se deberán habilitar nuevas plazas de acogida en centros de día y de noche, y sobre todo se deberá modificar su configuración si se quieren respetar el metro de distancia entre las personas para poder paliar esta situación de posibles contagios ante la urgencia del cumplimiento del Estado de Alarma, esperamos que se doten de más personal para reforzar el trabajo sin que suponga un aumento de la presión en las plantillas ya existentes.
Desde USO queremos poner en valor y apoyar a todas las personas que siguen trabajando con las personas sin casa en estos momentos tan difíciles, denunciar la poca valoración social de dicho trabajo, normalmente con salarios precarios, servicios sujetos a concursos anuales, inestabilidad en el empleo, puestos que, ante una crisis como la que vivimos son fundamentales, y pedir que las personas sin casa tengan los mismos derechos de acceso a la sanidad y a la dignidad humana.