El Convoy de la ilusión

22.04.2022

31 de Marzo, fecha de inicio de una aventura que cambia mi vida, y mi concepto de "felicidad". Con el gran apoyo de mi compañera de vida Anna, y la inestimable y grandiosa ayuda de mis amigos, familia, y un montón de asturianos generosos y colaboradores, parto destino a Madrid cargado de muchas cajas con ayuda humanitaria, con la compañía del sentimiento del que sabe que es su obligación dejar a sus hijos Paula y David un mundo mejor, donde las guerras sean solo una parte de la historia que estudiar para que no se cometan los mismos errores. Y por supuesto sin olvidar mi tierra que tanto me ha dado y demostrado a lo largo de mi vida, llevo como estandarte mi bandera de Asturias, "orgulloso de ser asturiano".

A mi llegada a Madrid me espera Gemma, integrante de este convoy, que sin conocerme de nada me ofrece su generosidad y una inmensa sonrisa y juntos cargamos el material cedido en Asturias para unirlo al material que tenía María en su casa, bueno más parecía un almacén que una vivienda, gran trabajo el de esta compañera y coordinadora de la Asociación para el Cuidado de la Infancia ACI, una de las dos organizadoras de esta expedición humanitaria.

1 de Abril es el día que llegan desde Málaga, el resto de mis compañeros, Pepe, presidente de la Asociación POLICIA AMIGO, (la otra organizadora de la expedición), acompañado de Michael, Estefy, Pili, Noe, Alejandra, Antonio, Román, Emilio, Miguel y Alicia que junto con Enrique, Salva, Gemma y Maria de Madrid, sin saberlo, se convierten en una nueva familia para este asturiano, que en principio solo deseaba poner su granito de arena y colaborar a minimizar la desolación que este conflicto bélico esta sumergiendo al pueblo ucraniano.

Completado este convoy humanitario formado por un autobús de Vázquez Olmedo (Málaga), que pone a nuestra disposición y sin limites su autobús y a tres conductores voluntarios que pronto se convertirían en parte de esta gran familia, cinco furgonetas y 16 voluntarios más partimos cargados con 7 toneladas de material imprescindible y necesario ( medicamentos, material médico y comida), demostrando que es más valioso un gramo de acción que una tonelada de intención, rumbo a la frontera Ucraniana, allí entregaremos el material para dos hospitales, uno infantil y otro de adultos ( omito nombre y región de ambos por seguridad de los mismos).

Empiezan las primeras piedras de nuestro camino, una de las furgonetas sufre una avería, pero gracias a Miguel que convierte los problemas en soluciones podemos seguir nuestro camino.

Primera parada la Jonquera, contamos con 5 horas de descanso, y miles de kms por delante, nos organizamos para que mientras unos conducen otros descansen y así puedan darse el relevo, y contar con unas medidas adecuadas de seguridad para los componentes del convoy. 

2 de Abril, 06:00h, empezamos con retraso sobre el horario previsto, por lo que debemos aumentar las horas de conducción y bajar las horas de descanso, pero ya se empieza a ver de que material están hechos los integrantes de esta expedición, que sin poner ninguna traba, y con una gran organización comenzamos un ciclo conducción-descanso, que hace que poco a poco recuperemos las horas perdidas. Cruzamos la bella Francia, una Italia en obras, para seguir por una hermosa Eslovenia, una lluviosa Hungría, y una

Rumanía nevada y con unas temperaturas de -6º, que hicieron que parte del convoy quedara atascado al cruzar los Cárpatos, menos mal que de nuevo Miguel vuelve a dar soluciones a los problemas surgidos ,y saca las cadenas para que podamos seguir nuestro camino, y unirnos de nuevo al autobús y la otra furgoneta que no se quedaron atrapados en esas complicadas montañas plagadas de maravillosas imágenes, dignas de una postal. Tocaba descansar tras 42 horas sin coger la horizontal. 

4 de Abril no sin incidentes conseguimos atravesar la frontera ucraniana, Román nuestro traductor con todo el dolor de su corazón no puede acompañarnos pues no le dejarían salir de Ucrania debido a la ley marcial que impide a los hombres ucranianos abandonar el país durante la guerra para estar preparados por si fuera necesario llamarlos a filas para combatir, y se queda con un semblante serio, compungido pero con la confianza depositada en que el resto de los voluntarios realizaran el trabajo. Nuestros contactos estaban esperándonos y nos fundimos todos en un gran abrazo, un abrazo de personas que no se conocen pero que están unidas por el corazón, no hacia falta hablar, solo con mirarles a los ojos se veía su agradecimiento y la necesidad de la ayuda humanitaria que les íbamos a entregar. Y enseguida nos fusionamos en un gran equipo que no entiende de nacionalidades, razas, ni religiones, caja tras caja, y con María convertida en jefa de logística, rápidamente organizamos una cadena humana para ir entregando cada caja cargada de material, y el sentimiento de muchos españoles que decidieron colaborar a que esta magia se convierta en realidad ,y llegara a todas esas personas tan necesitadas. Objetivo cumplido, con muchas emociones a flor de piel, voluntarios emocionados y con lagrimas en los ojos, y el gran agradecimiento de nuestros hermanos ucranianos.

Dejamos la Unión Europea, y cargados de fuerza e ilusión llegamos al primer encuentro con los refugiados en Moldavia, en Briceni recogemos a varias familias, una de ellas formada por cuatro generaciones, allí estaba Valentina la bisabuela de 95 años que junto a su hija, su nieta y su bisnieto, y movilidad reducida, nos enseña la capacidad de supervivencia del ser humano, y todo acompañado de una maravillosa sonrisa.

Nos dirigimos a Chisinau capital moldava, punto de encuentro MOLDEXPO, recinto ferial donde su pabellón principal había sido convertido en centro de refugiados. Allí nos esperaban en torno a una veintena de personas, madres e hijos que deseaban huir de la guerra y encontrar un refugio en España, decidimos quedarnos un día más para poder dar más oportunidad a que se unieran a nuestro convoy más refugiados, aunque esto supusiera un gran retraso en nuestra vuelta a España, pero la ocasión merecía la pena, y todos a una tomamos esta decisión, que hizo que se unieran al día siguiente otras veinticinco personas más. 

5 de Abril , ultima hora de la tarde y partimos de vuelta a España, somos 60 personas y todavía tenemos que recoger a otras personas en nuestro camino de vuelta en Budapest y Génova, por lo que decidimos hacer noche y poder descansar, pero solo encontramos hospedaje para los refugiados, y los conductores del autobús, Miguel, Juan y David que se han convertido en integrantes de pleno derecho del convoy, y el resto de los voluntarios nos toca quedarnos a descansar en las furgonetas y el autobús, solo teníamos tres horas y media y muchos kms por delante pero en ningún momento hubo una cara de decepción o abatimiento.

6 de Abril, 06 horas, amanece y comenzamos nuestro camino, fronteras interminables de más de 3 horas de espera, falta de humanidad de miembros de las autoridades fronterizas, más de dos horas de trámite con un trato vejatorio para nuestros refugiados, y otro día que termina con un descanso de menos de cuatro horas para no perder la costumbre. 

7 de Abril, el tiempo no cunde, muchos niños entre los refugiados que demandan paradas continuas para ir al WC, o vomitar, así que nuevamente se reducen las horas de descanso, un nuevo hotel en Génova pero como en otras ocasiones pocas horas de sueño.

8 de Abril salimos con una meta, llegar a Madrid y luego seguir camino hacia Málaga, pero de nuevo nuestros kms se ven reducidos y a la entrada en España el convoy se separa y las furgonetas que venían de Cúllar, Granada, junto a los refugiados que se dirigen a reunirse con sus familias en Tarragona y Valencia emprenden su camino, con la satisfacción del trabajo bien realizado y una nueva familia en su corazón.

9 de Abril, primera parada, Zaragoza, donde otra familia de refugiados se queda junto a sus familiares residentes en esta ciudad maña, así que nuestro corazón se vuelve a partir, además este servidor deja la expedición, pues mi compañera de vida, Anna, me esperaba para celebrar su cumpleaños en una casa rural junto a mis hijos Paula y David, y grandes amigos que nos acompañan en esta celebración. Emocionante el momento en el que todos los integrantes del convoy le cantan a Anna el "cumpleaños feliz", momento muy emotivo tanto para mi, cómo para mi mujer que no se lo esperaba, y entre abrazos y algunas lagrimas nos despedimos para no retrasar más la llegada del convoy.

El convoy continua, pero vuelve a realizar una parada a 122 kms de Madrid, pues allí estaba el Padre Ángel de "Mensajeros de la Paz", para saludarles y darles un chute de energía para seguir con este viaje de ilusión. Más emoción para esta aventura de solidaridad y compromiso.

Llegada a Madrid donde mas gente llega a su destino, tanto refugiados como voluntarios acaban su viaje, y rápidamente se prosigue camino Málaga destino final, y punto de partida de esta experiencia de emociones.

9 de Abril, 00 horas, 9.000kms, 45 refugiados, y la satisfacción de haber cumplido objetivos. La mayoría de refugiados ubicados con sus familiares, otros se instalan en casa de algunos de los voluntarios, y otros poquitos tienen que pasar la noche el en CEAR de Málaga, pero al día siguiente son ubicados gracias al gran corazón de otros voluntarios que consiguen encontrarles un hogar. "Para ser grande primero tienes que aprender a ser pequeño, la humildad es la base de toda verdadera grandeza"

"Gracias a todas las personas que han colaborado en este proyecto"


Crónica en primera persona de Alberto Grijalbo.